En el ámbito del entrenamiento profesional y amateur se habla mucho sobre entrenamiento de agilidad, de la velocidad de reacción, la coordinación…Sin embargo, siempre surge una pregunta fundamental: ¿qué diferencia hay entre agilidad y coordinación?.

Según la R.A.E, la agilidad es la facilidad para ejecutar algo de forma rápida, física o mentalmente. La coordinación es el control ordenado de los movimientos del cuerpo.

Tras estas 2 definiciones, sigue sin quedar claro de qué hablamos. ¿Cómo definiríamos un gesto que se realiza de forma física y coordinada a alta velocidad? ¿Agilidad o coordinación?

¿Qué es la agilidad?

Bueno, entendiendo por tanto los conceptos, podemos sacar la idea de que la agilidad es una parte dentro de la coordinación, ya que la coordinación engloba al completo los movimientos, mientras que la agilidad se refiere a los movimientos que se realizan a una intensidad alta y a gran velocidad.

Por este motivo, cuando entrenamos la coordinación-agilidad, deberemos de comenzar con movimientos lentos, controlados, aprendiendo los gestos y su coordinación, para después poder realizarlos de forma automática con la máxima expresión de velocidad, o sea, con agilidad físico.

Otra cuestión importante que se plantean los entrenadores está referida a la edad.

¿A qué edad debemos de empezar con el entrenamiento de agilidad?

Actualmente y gracias a los medios de difusión en internet como Youtube, podemos ver muchísimos ejemplos de entrenamiento de agilidad a todos los niveles, edades y deportes. En uno de estos vídeos, que ha salido a la luz hace poco, observamos como jugadores de un equipo español entrenan ejercicios de coordinación y agilidad con escaleras, conos y steps desde que son muy pequeños, lo que sin duda dará lugar a la gran habilidad que les observamos de mayores.

Ante todo, debemos de saber cuándo debemos de comenzar, o más bien incidir, en el entrenamiento de agilidad. Según las teorías más actuales, la fase sensible para el entrenamiento de la agilidad va a ser entre los 14 y los 16 años, pero siempre y cuando el niño haya tenido un bagaje anterior de un entrenamiento coordinativo y tenga desarrollada todas sus cualidades físicas y capacidades, así como las destrezas necesarias para llevar a cabo cualquier deporte o actividad.

No obstante, como recomendamos siempre desde SportPlus Center, debe ser el entrenador personal o preparador físico el que analice si, efectivamente, el niño o joven deportista tiene el desarrollo suficiente para las actividades que plantea.

Por lo tanto, el objetivo del entrenamiento de agilidad será el de reforzar la programación motora a través de la mejora neuromuscular y neural, gracias a la adaptación de los spindles, la gestión de la información a través de los órganos tendinosos de Golgi y el resto de propioceptores articulares (Craig 2004)

Ante cualquier duda al respecto, consulta siempre con los profesionales. En SportPlus Center estamos a vuestra disposición para resolver vuestras consultas.




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