Nunca. Así de simple. Nunca es buen momento para sufrir lo indecible, para acabar con dolores en todos los músculos y articulaciones de tu cuerpo, para llevarte una semana casi sin poder andar. Entonces, ¿por qué inscribirse en uno?, ¿qué necesidad hay de hacerlo? Esta última es la pregunta que más veces he escuchado en el último año. Y lo cierto es que no he encontrado una respuesta convincente todavía. Realmente no creo que exista tal respuesta. Simplemente me limito a responder con otra pregunta: ¿Y por qué no?

Están muy de moda los lemas motivadores y algunos han alcanzado gran fama por su difusión en medios de comunicación, tales como: Impossible is Nothing, Where is the limit?… Y todos asociados al mundo del deporte. Sin embargo no creo que supongan ninguna inspiración para aquellos que no tengan la motivación intrínseca de superarse y descubrir hasta dónde pueden llegar. Por lo tanto, los motivos para afrontar una prueba de este tipo y, sobre todo, los entrenamientos que te llevarán a realizarla con éxito tienen que nacer de uno mismo. Esa chispa, si nace, lo hace en el momento más inesperado. Cualquier acontecimiento en tu vida puede ser el responsable de que te plantees el por qué no vas a ser capaz de realizar un reto de esta magnitud cuando continuamente hay personas que lo finalizan con éxito y solo gracias a la fuerza de voluntad. Ese es el momento ideal para inscribirse en un Ironman y ponerse a entrenar. No hay que dudar, no hay que pensar que habrá momentos mejores para realizarlo que ese. Hay que volverse ciego para no ver los contras y soñar con el pro del momento en el que cruces la meta y seas un FINISHER. Ahí está el punto de inflexión en el que dejas de ser un ciudadano de a pie para convertirte en un Hombre de Hierro.

Y así me sucedió. De pensarlo por primera vez a inscribirme en cuestión de horas y sin experiencia previa. El 13 de abril será el gran día. Hasta entonces iré contando cómo debe ser la preparación para afrontar una prueba de este tipo con garantías de no lesionarse y asegurando el éxito de concluirla, para gente de nivel medio-bajo de condición física pero altísimo de espíritu.




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