A veces vemos en las películas esa relación tan especial de la pareja protagonista, entre un personaje y un contexto o situación. Gestos y palabras que nos conmueven, que nos dan ese escalofrío que a veces dejamos libre para que toque nuestro corazón y nos emocione. A veces solo, a veces acompañado, pero alguna vez hemos sentido esto. No siempre nos dejamos sentirlo pero nos ha sucedido a todos… ¿Verdad?

En esos momentos, cuando nos dejamos sentir, estamos conectados con ese ser maravilloso que tenemos dentro, ese ser ajeno a todos los “debo”, “tengo que”, ajeno a esas enseñanzas que nos han convertido en seres semi-automáticos que hacen, piensan y sienten como deben. “Pero como no vas a…”, “Y que dirán si…”. ¿Acaso no tienes una sensación de bienestar hacia ti y lo que te rodea cuando te dejas sentir? Como muy buen rollito en general, ¿quién ha creado ese estado de bienestar? Piensas que suena cursi o utópico, ¿no? Sigues pensando no sintiendo, ese es el problema. Esto prueba que efectivamente andas desconectado de ti y que vives bajo patrones ajenos, eso que hemos aprendido a ser. Cedes tu destino y serás lo que debas ser, no tú.

¿Quieres ser el protagonista de tu propia película? Déjate sentir, sé real, sin miedo. Ya sé que da vértigo pero, ¡lánzate! Disfruta del vuelo, deja de pensar y siéntelo, no hay caídas, hay pasos firmes… ,¡pero hazlo, que ya estas pensando otra vez! Lo “bueno” está ahí fuera, lanza tu pie y camina sin pensar, solo hazlo y siente.

Te deseo un día lleno de saltos desde bien alto, con vértigo sí, pero pasajero, con un premio inigualable, ser tú, de verdad.

Yo, aquí y ahora, contigo.




Categorias