Relativizar: Un factor negativo del deportista. Relativizar una situación no significa no darle importancia o querer ignorar la realidad, por ejemplo, cuando después de un partido, el jugador recibe una crítica del entrenador, si decimos que relativice dicha crítica, no quiere decir que la ignore.

Una de la acepciones del término relativizar es “poner en relación con otra cosa”. Es intentar tomar la distancia necesaria para ver las cosas en conjunto. Hacer el esfuerzo de procurar ver la imagen en todas sus partes para poder decidir qué importancia merece lo que nos preocupa. “Las cosas no vienen con la importancia incorporada. Somos nosotros los que damos o no importancia a las cosas”, como resalta la doctora en psicología Jenny Moix, profesora titular en la universidad autónoma de Barcelona.

Es como si los temas viniesen vacíos, hay personas que le ponen más peso y otras menos, por eso la importancia es totalmente relativa. En este caso, el mensaje de un entrenador puede tomarse como un aspecto negativo, influyendo en la motivación y por tanto en el rendimiento del deportista dependiendo de la interpretación emocional que le de éste y las circunstancias y ámbito en el que se desarrolla el mensaje.

A veces no vemos esta relatividad porque todos los que vivimos en una determinada sociedad y dependiendo de los factores culturales de ésta ponemos el mismo peso en determinados temas. Por ejemplo, para nuestra sociedad el tiempo es muy importante, no lo queremos perder. Sin embargo, en otras culturas, en ese saco, ponen menos peso.

Haciendo alusión al título de este artículo, aprender a relativizar no significa que el deportista deje de preocuparse por lo que considere que lo merece, sino que intente abrir el campo de visión para poder ver las cosas en perspectiva más amplia y analizarlas desde nuevos ángulos, y al hacerlo, probablemente, se dé cuenta de que muchas veces se hunde por comentarios absurdos y otras tantas deja pasar lo verdaderamente importante.

 

 




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